artista callejero en Florencia
Artista callejero cerca de la estación Santa maria Novella de Florencia

Cualquier descripción de Florencia se queda corta. Es una ciudad en la que todo es bello, de belleza tradicional, histórica, clásica. Un lugar en el que todo lo bueno se da de una manera natural: desde su cocina a sus paisajes, de las obras de arte presentes por todos lados hasta sus habitantes.

Florencia es divertida, fácil de recorrer, muy interesante y variada pero con la que podés cometer un error: atorarte de museos. Sin ningún lugar a dudas, es uno de los lugares del mundo con mayor cantidad de obras de arte por metro cuadrado, pero te podés perder muchas cosas únicas por hacer colas y mirar nucas de japoneses porque están todos ATESTADOS.

Les voy a contar mi propia experiencia en el tema, luego de haber hecho un profundo análisis previo -buscando qué obras me iba a encontrar en cada lado y preguntando a amigos locales- y la recorrida posterior cuando estuve allá.

 

El David de Michelangelo: definitivamente la versión “correcta” es la que está en la Piazza della Signoria frente al Palazzo Vecchio. Ir a la Gallería dell’Academia es un perdedero de tiempo si no sos estudiante de artes plásticas (ahora, si SI SOS estudiante de artes plásticas no podés irte de Florencia sin pasarte unas buenas horas recorriéndola). Voy a sostener esta postura aunque me manden a todo el ejército prusiano a pelearme.

David de Miguel Angel
Réplica exacta del David de Miguel Ángel en su emplazamiento original en la Piazza della Signoria

El Palazzo Vecchio por dentro: hay que ir. Indiscutible.

La Galleria delle Uffizi: con reservas… tiene horas y días en los que es intransitable. Ojo también con la cola para ingresar que suele ser kilométrica. Las salas menos “famosas” suelen ser una buena opción, pero si lo que quieren es ver son las Anunciaciones de Botticelli y Leonardo o el Nacimiento de Venus, cómprense las láminas en la plaza porque lo único que van a ver es NUCAS.

Palazzo Pitti: si, pero es ENORME. Hay que ir con tiempo y, por ahí, dejar algo “para la próxima”.

Palazzo Strozzi: si, casi nunca hay nadie. Además es super elegante y está buenísimo para parar y tomar un café y florentinizarse 😉

Bueno, y hasta ahí de los museos a los que fui y les aseguro que fueron MUCHÍSIMOS. Y sin contar los recorridos por la Piazza della Signoría con su “corralito” de esculturas (cuando estén allá van a entender lo de corralito 😉 ), Piazzale degli Uffizi, la Piazza del Duomo y todas los otros recovecos, negocios, calles, plazas que se te van cayendo encima mientras caminás.

Las colas son otro dato a tener en cuenta. Compren todos los priority que puedan o saquen la Firenze Card que termina siendo más barato que sacar los museos uno por uno. Las colas de “sin cola” son normales y tienen un ritmo lento pero avanzan, mientras que las colas de tarifa común pueden pasar HORAS sin moverse. Ni hablemos de los días con entrada gratis…

Yo se que es medio inevitable que quieran meterse de cabeza a todos los museos que vean, pero Florencia es mucho más que museos y en unos días que estén ahí no van a mamar 1200 años de arte si hasta la semana pasada pensaban que Raffaello, Michelangelo, Leonardo y Donatello eran las Tortugas Ninja.

detalle de piso del Palazzo Vecchio
Detalle de cerámica ornamental en el piso de una de las salas del Palazzo Vecchio

Relájense, caminen, disfruten, tomen helados y no se obliguen a cumplir con todas las obligaciones que lean en las guías de viajes a Florencia 😉

 

 

Join the Conversation

2 Comments

Your email address will not be published. Required fields are marked *