Este año hice la gracia de salir y entrar con una valija a mi casa cuando dieron las 12 del 1º de enero y parece que la magia viene funcionando.
Para festejar el Día de la Mujer -cualquier excusa es buena- me saqué un pasaje con unas millas Lanpass que se me estaban por vencer y contraté un paquete de hotel + mini tour por bodegas. En el viaje aproveché a ver amigos sacados de las redes sociales y a hacer otros, del mismo origen.
Paré en el Hotel América de ☆ ☆ que no era la locura pero sirvió su propósito. Lo mejor del hotel fue el WI-FI que andaba a los palos y era gratis y la excelente predisposición de todo el personal. El tour fue de Mendoza Viajes, recorriendo una olivícola que se llama PasRai, una bodega llamada Florio especializada en “vinos generosos” y clásicos de Italia y una bodega boutique que se llama Vistandes que es un espectáculo (no pude resistir la tentación y -ayudada por los culitos de detodoslosvinos que nos dieron en las degustaciones- terminé comprando una caja de Vistandes Carmenere Reserve).
También tuve un acercamiento culinario variadito á la Torchi degustando las espectaculares empanadas gourmet de Ceibo, un lomito de tamaño astronómico en Trilogía y unos platos de autor en Azafrán. Pero todo esto merece posts separados…
Y como la noche no está hecha para descansar, también estuve en la noche del sábado en un paraíso escondido en el Departamento de Lavalle que se llama Finca Las Marujitas. Restaurant, posada, degustaciones, champagne y la vida es bella. Cuando tenga algunos datos de contacto que me faltan, también saldrá post dedicado.
En resumen, si nunca fuiste a Mendoza: tenés que ir. Si ya fuiste: seguro que todavía te queda un mundo por conocer. Argentina tiene lugares increíbles y Mendoza es uno de esos que siempre te propone un plan distinto, aunque te parezca que ya viste todo 😉