La ropita y los chiches

Una parte muy fundamental del viaje, fue hacerme de la ropa adecuada para las zonas que voy a visitar. Siendo tremendamente urbana como soy, tuve que preguntar mucho dónde comprar cosas y qué cosa comprar.

Ropa: necesitaba pantalones antidesgarro y que fueran para calor; una campera impermeable, zapatillas y medias. Compré una campera con forro de “shark skin” desmontable que se puede usar separado -fahhh, 3 camperas en una- y un pantalón que se hace bermuda en el outlet de Montagne, en Godoy Cruz 1316, Buenos Aires. Vayan ahí directamente que hay pilas de prendas de temporadas anteriores o de segunda selección perfectas y mucho más barato todo (pero si aún quieren gastar de más o hay algo muy específico que no encuentran, está el local de temporada la vuelta). En un outlet de Columbia, Córdoba 4886, me compré un pantalón que se desmonta en dos partes -bermuda + short- y unas medias muy tecnológicas de microfibra que no se mojan 😐 Ya casi estamos, pero no conseguí remeras de manga larga de verano porque acá en Argentina no se usa mucho la selva y todo es térmico como para esquí.
Zapatillas: terminé comprando unas Salomon muy tristes en SportLine (es una cadena de artículos deportivos normal, pero fue en la que más surtido de zapatillas de trekking encontré). Les cuento que es MOOOOOY difícil conseguir zapatillas de trekking cuando calzás 36 como yo y todas te quedan horribles porque son muy cortitas… me quedan los pies como los de las Chicas Superpoderosas #deforme También me compré unas sandalias de goma para el agua porque en TODAS las guías y folletos que leí de la zona recomiendan no usar ojotas (en algunas zonas está directamente prohibido).
Mochila: terminado el raid por múltiples casas de aventura y casas de deportes, terminé en una casa de camping y armería (?) donde finalmente conseguí una mochila liviana para usar de cartera. Voy a llevar valija para poder volver cargada de rhum y boludeces, pero necesitaba una mochila para llevar lo mínimo en cada aventura -siendo “lo mínimo” el botiquín, el celu, el ipad, la cámara, agua, basuras varias que vaya juntando-. Conseguí una Waterdog Extreme de 25 litros impermeable y antidesgarro que es un amor.

Para cualquier persona que viaja habitualmente a destinos exóticos o tiene alguna clase de vida “outdoor” todos estos datos debe parecerle una taradez… pero en mi caso, el equipamiento es una parte de la aventura 😀