El siguiente tramo del #TorchiTrip fue el viaje de Francia a Italia; para más detalle, desde Marsella en Francia a Padua en Italia. Ya se que no parece muy lógico, pero me salteé La Costa Azul porque ya había estado antes y necesitaba llegar el 13 de junio a los festejos por San Antonio de Padua (bah, no necesitaba nada, pero me dio la gana ver una procesión no muy comentada pero bastante especial).
Partí cerca de las 9 de la noche de la misma estación Marseille Saint-Charles a la que había llegado, pero esta vez en bus. Dentro del mismo complejo del que salen los trenes también salen los buses. Como toda argentina, pensé que los buses de larga distancia eran más o menos como los nuestros… PERO NO. Los micros de larga distancia en Europa son bastante feos -cosa que ya me habían dicho los mismos europeos que me crucé en el viaje pero no quise creer-. Los asientos NO NUMERADOS están pegados, son de respaldo medio bajo y cómodos como un banquito en una kermesse y todavía me faltaban como 10 horas de viaje hasta Florencia en Italia. Además para en casi todas las ciudades intermedias y sube y baja gente y SIEMPRE está todo completo. No dormí nada, un espanto.
En Florencia nos bajamos algunos -aunque parezca increíble había gente que seguía HASTA NAPOLES- en la “terminal” frente a la estación de trenes de Santa María Novella. Crucé, desayuné, sellé mi Eurail Pass para validarlo y esperé un buen rato hasta que llegó el Frecciarossa que tenía reservado (como expliqué acá).
El tren de alta velocidad de Trenitalia es un LUJO. Mucho más lindo y limpio y de todo que el TGV que me tomé en Hendaye. En primera pasan con el diario -gratis- y una bebida y un snack dulce o salado -también gratis- y podés ir al coche-bar y comprarte lo que quieras. No quise diario, me tomé en un segundo el cafecito y me dormí como una bendita las 3 horas del viaje.
La estación de Padua me recibió con un clima espectacular cerca de las 3 de la tarde. Ahí mismo retiré mi Padova Card que había comprado online y me dieron todos los mapas folletos y demases para que me encuentre en la ciudad. En la oficina de turismo me marcaron cómo llegar a mi hotel con el Tram que es una de las cosas más lindas en las que he andado. Por supuesto, a pesar de las indicaciones, estuve un rato dando vuelta en círculos porque lo que yo pensaba que era la entrada a un garage era un pasaje a la calle a la que iba… cosas de sudaca que uno hace cuando está en una ciudad de miles de años y no conoce la arquitectura.
Llegué al hotel, ducha y salir a recorrer la primera parte de la fiesta de San Antonio…