El tramo a Capri en ferry fue el mayor desvío de todo el viaje, yéndome hasta el sur de Italia directo desde Florencia, con el tren de alta velocidad Frecciarossa que salió a las 18hs y llegó a las 21hs a Nápoli Centrale.
El Hotel Zara que tenía reservado estaba a tres cuadras pero me costó un poco encontrarlo. Cena rápida y a la cama para salir temprano al día siguiente. La verdad, el centro de Nápoli es bastante feo y -a pesar de que la gente es amorosa- no me dio ganas de quedarme más que lo estrictamente necesario.
A la mañana dejé la valija en la estación Napoli Centrale -de donde iba a volver en tren- y me fui con un bolso de mano, caminando (son como mil cuadras, me di cuenta después) al Mollo Beverello que es el muelle de donde salen la mayoría de los ferries a Capri. Lo bueno: hay muchos servicios, muy seguido y no hace falta reservar con anticipación; lo malo: es UN MUNDO DE GENTE. Pueden consultar los horarios en este link: Contacto y tarifas del ferry a Capri.
El viajecito en el ferry común -no el rápido- es muy simpático y sentado en la parte de afuera se aprecian re buenas vistas de Nápoles y se puede tomar sol. Hay muchas personas que usan ese ferry para ir a trabajar a Capri, así que no es 100% turístico y bastante más relajado.
Más info sobre Capri, en el próximo post 😉
(Disclaimer: Esta entrada debería tener más de un año, pero recién ahora se me dio por resucitar este blog.)