– Voy a la Fiesta Nacional de la Empanada a un pueblo que se llama Famaillá.
– Noooooo ¿en serio? Pero andá con tiempo para recorrer porque es un lugar re falopa. No lo vas a poder creer.

Y se quedaron cortos…

Mi primer encuentro con Famaillá fue desde el micro viniendo de Monteros, escala obligada porque estaba en la Feria de Simoca y ya desde la rotonda, en la ruta, empecé a no entender nada.

Ya estaba sobre aviso que el pueblo tenía un parque de dinosaurios y un falso Cabildo, pero nadie te puede preparar para todas las sorpresas visuales que te depara la visita.

Una mujer de Monteros que nos indicaba dónde bajarnos, señala a la derecha y nos dice

– Esa es la Galería de la Veneración

que es nada menos que 3 o 4 cuadras de estatuas de vírgenes y santos, pero fue tal el shock que no llegué a sacar el teléfono para una foto. Cuando recién recuperaba el aliento, me pareció ver un falso Vaticano, pero de nuevo atribuí la visión a estar insolada, el calor, el cansancio y la edad.

Nos bajamos más o menos del colectivo, fuimos a la plaza a comprar la entrada para la Fiesta de la Empanada al día siguiente y alguien nos dijo

– Vayan al Parque Temático, dónde está el Cabildo.

Y fuimos, y lo más normal y lógico que encontramos fue, casualmente, EL CABILDO. El Parque Temático Histórico queda sobre la ruta, en la entrada de Famaillá (viniendo de la capital) y es una sucesión de réplicas de edificios históricos (?) como el Cabildo -que tiene su original frente a Plaza de Mayo en Buenos Aires; la Pirámide de Mayo -en esa plaza, también en Buenos Aires-; la Casa Histórica de la Independencia -que está en San Miguel de Tucumán, a 35km 😐 -; y la casa del Obispo Colombres (a medio hacer) -que también está en la capital, en el Parque 9 de julio-. Todo a tamaño natural.

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Pero si lo de los edificios parece una locura y una ridiculez, es porque todavía no dije nada de la decoración. Esta construcción están puestos “en situación” con personajes en cartapesta, “interpretando” momentos clave de esos edificios. Parar, tomar aire, sacar unas fotos porque después lo contás y no te lo cree nadie, seguís atribuyendo el delirio a la insolación y mañana seguro que es algo que te imaginaste, tranquila…

Pero el Parque Temático, además, es parte de la Ruta de la Empanada Tucumana, que es como una especie de recorrido (?) que va desde los bares circundantes a la Plaza San Martín hasta los que se encuentran allí en la ruta. Estos bares están “escoltados” por imágenes en cartapesta de las Reinas Empanaderas -a tamaño real sobre tarimitas- ganadoras de ediciones anteriores de la Fiesta de la Empanada. Hubo 37 fiestas, no llegué a contar las estatuas porque a esa altura ya estaba convencida que estaba delirando y no era cierto lo que veían mis ojos. Parar, tomar aire, sacar unas fotos…

Se hizo de noche, micro ahí nomás a Tucumán y mañana fresca, recién desayunada chequearé las fotos.

El domingo se volvía a Famaillá porque era la competencia oficial y la joda central a la noche, y les digo a mis amigas

– Deberíamos chequear el falso Vaticano que ayer pensé que vi desde el micro.

Nos bajamos en la ruta, del otro lado del pueblo, nos chocamos con una estatua de ¿Gilda? y unos ¿monolitos de pueblos originarios?, caminamos más de lo que esperábamos y NOS ENCONTRAMOS CON LA FALSA PLAZA SAN PEDRO tal como la había visto el día anterior.

Falso Vaticano
Falso Vaticano

 

Este parque de Famailla era un exceso para todos lados. Un millón de fotos, selfies y carcajadas ante la mirada crítica de una especie de sereno que estaba ahí en una silla. Recibidos por el Papa Francisco, un Cristo implorante, un ángel y un par de esbirros de la Guardia Suiza -si, adivinaron, de cartapesta- y nos asomamos a unos salones a ambos lados del ensamble

– Uh, qué tétrico, parece un velatorio *risas*

Eran salas velatorias. Cuatro. Estábamos en la entrada del Cementerio de Famaillá. Parar, tomar aire, sacar unas fotos, rezar un poco para adentro, pedirle disculpas a San Pedro…

Famaillá tiene una población de poco menos de 9000 habitantes. Me fui con la sospecha de que más de la mitad, en realidad, son estatuas de cartapesta.

 

 

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