La primera parada en serio del #TorchiTrip fue Bilbao (las horas en Madrid no las cuento porque fueron más una escala que otra cosa) y me volví loca. A pesar de que fui con muchas expectativas, las superó ampliamente, y no entiendo todavía por qué no es un destino turístico al que van TODOS.

Guggenheim Bilbao

El día arrancó tomándome un micro desde la estación Intercambiador Av. América que es como una especie de Terminal de Retiro pero subterránea en Madrid. El micro de media distancia era un lujo, todo nuevito y con wi-fi abordo <3 El viaje fue todo por autopista, rápido, sereno y con una parada de 30 min en Lerma, donde me embutí un sánguche de Crudo y queso porque las distancias no borran las mañas 😀 La llegada a la “terminal” de Bilbao fue un flash, porque llega a una zona poco atractiva y toda la terminal es solamente una manzana techada sin mucho lujo ni atractivo, pero todo cambió cuando entré al subte…

Los subtes de Bilbao son LA locura. Todo impecable, nuevo, lustroso, amplio… en las expendedoras compré con tarjeta el ticket y la bilbaína que asistía a los pasajeros me dijo “Con el ticket, bajá por el ascensor” cosa que me dio una enorme vergüenza porque pensé que era para discapacitados, ¡pero no! la mayoría usa las escaleras, pero cualquiera, en cualquier estado puede usarlos y terminé compartiéndolo  con una chica de unos 30 años en tacos y más saludable que un toro. Menos mal que en mi “sudaquez” no tiré el ticket porque también se usa para salir de la estación. Nota: en Europa no tiren los tickets de los subtes hasta que no estén en la calle porque como valen más por tiempo que por viaje se pueden quedar encerrados bajo tierra, llorando como unas nenas 😉

bilbao-gde-01

Mi estación de destino fue Casco Viejo y ya al salir es como entrar en un cuento. No me pregunten por qué -tampoco lo googleé- la arquitectura de esa zona me pareció más flamenca que española, sumado a que TODOS parecen recortados de una revista de moda. Las mujeres delgadas, impecables, arregladas, con taco medio; los hombres como réplicas infinitas de Iker Casillas o Mike Amigorena -¿entienden la onda?- y SONRISAS DE OREJA A OREJA. ¡No se dan una idea qué pueblo feliz es el vasco! A cada persona que le preguntaba algo me respondían con todo detalle y me deseaban buena estadía y buen viaje, como si me estuvieran esperando, como si estuvieran contentos de que haya elegido Bilbao para turistear. Sobre el hostel, no me alcanzan las buenas palabras para describirlo y está en este post mi reseña sobre el Ganbara Hostel.

Bilbao, como ciudad, tiene muchas “capas”. Se puede visitar solamente por lo bella que es, por su desarrollo artístico moderno, por su arquitectura, por la gente o por su gastronomía. Todo lleva a la “circulación”: desde su costanera, a sus paseos, sus circuitos culturales, sus circuitos deportivos -la pelota vasca, el fútbol y el Atléti son motivo de orgullo intrínseco y no paran de nombrarlos-, a los circuitos de bares de pintxos (se pronuncia “pinchos” porque tx se pronuncia ch, piensen ejemplos y se van a dar cuenta) porque no es una ciudad “de restaurantes” sino de bares…MUCHOS BARES. Pero los pintxos merecen un post separado 😉

Plaza Nueva Bilbao

En resumen, Bilbao es una ciudad como una nube. Imaginen la serenidad, la luminosidad y el movimiento de las nubes… bueno eso es lo que me transmitió a mi. Una ciudad cómoda para recorrer a pie pero con un sistema de transporte público de muchísima calidad. Una ciudad  moderna pero con tradiciones centenarias que viven como el primer día. Una ciudad que valora el arte moderno y se ancla en su cultura propia con el idioma, el deporte y la danza. Un recorte del paraíso…

Leave a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *