Uno de los paseos que hacen las delicias de los extranjeros es el Tren a las Nubes que sale de Salta y va hacia el norte de Argentina. Como buena turista, decidí que iba a hacerlo aprovechando que estaba en funcionamiento (porque dos por tres suspenden el servicio) y esta es mi crónica 😉

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Este tren no es un tren normal, sino que es un “emprendimiento ferroturístico”, lo que significa que no se usa para trasladar a la gente que vive o trabaja en los pueblos que atraviesa sino que es un tren al pedo, al punto en que no para en esos pueblos, sino que te los van contando el guía a medida que aparecen. Desde su inauguración en 1972 hasta 1990 fue operado por los ferrocarriles del Estado, de 1991 a 2014 por empresas privadas y desde 2014 por el Gobierno de Salta. En todos esos períodos -todos, los estatales y los privados- el trencito funcionó a veces si y a veces no, por lo que supongo que no termina de ser un buen negocio, así que súbanse ni bien puedan porque en cualquier momento se toma vacaciones de nuevo 😀

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Cuando yo contraté el viaje había más opciones que ahora porque se podía combinar el trayecto en tren con excusiones por la zona comprando todo el paquete desde el sitio de Tren a las Nubes, pero en cualquier caso el tren va con pasajeros y vuelve vacío desde San Antonio de los Cobres SIEMPRE, y la vuelta es en traffic. Mi sugerencia es que contraten el tren solo de ida y alguna excusión de vuelta (Salta está MINADO de opciones de excusiones y no se les va a hacer nada complicado conseguir una ni bien pongan un pie en la ciudad). La parte del tren, pueden reservarla en el sitio y tienen que hacerlo con bastante anticipación en temporada de vacaciones porque no sale todos los días, hace una sola vuelta diaria y el cupo es bastante limitado.

tren-a-las-nubes-DYa con el pasaje comprado, me levanté a las 5:30 del sábado, me di una ducha y me dirigí raudamente a la Estación de Salta para estar a las 6:30 de la mañana arriba del trencito. Un frío de los mil demonios en julio, se me escarchaban las lágrimas pero el tren está bien calefaccionado y al ratito pude volver a pestañar. Arriba todo el mundo, arrancamos y desayuno. La previa al viajecito fue tomar durante 2 días cantidades ridículas de te de coca a toda hora para no apunarme. No funcionó porque a la tercera estación no sabía ya mucho cómo me llamaba (igual le seguí entrando durante todo el viaje de un termo que me hicieron comprar en el supermercado los pibes del hostel porque me vieron cara de poco oxígeno) y empecé a mascar coca que también es una porquería y no me hizo nada. Lo único que funciona es la aspirina, la básica, cosa que me enteré recién 16hs después en las salinas cuando el guía de la segunda excursión me dijo “Vos no estás nada bien” y me enchufó dos aspirinas y medio litro de agua y me sugirió que no baje a ver los guanacos porque “total no son unos bichos muy simpáticos”.

tren-a-las-nubes-BVolviendo al tren, las mejores ubicaciones son sobre el lado izquierdo, mirando hacia la locomotora y además hay vagones más lindos y cómodos y vagones que son una desgracia. Les recomiendo que se hagan amigos de las chicas de la oficina del tren y les pidan que los acomoden más o menos piola. Los asientos son numerados, el tren va hasta el flequillo y no te vas a poder cambiar de asiento en todo el viaje (que son como MIL horas). Yo conseguí solamente del lado derecho, mirando hacia el frente, pero sobre el pasillo y en un vagón de los nuevos, así que 1 de 2 me salió bien. La mayoría de los pasajeros son grupos de agencias de viajes, así que yendo solo conseguir una ubicación más o menos decente es todo un éxito. Por eso de que no para en todo el recorrido, las opciones de comida y bebida también son muy limitadas: llévense sánguches, bizcochos, facturas, agua fría, termo y mate -además se usa mucho socializar e intercambiar comida e infusiones con tus compañeros de vagón porque acá somos una gran familia de vacaciones y estamos medio apunados y nos falta el oxígeno y nos convertimos en Teletubbies (no, no estoy exagerando)-.

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Que les cuente de qué va el viaje es medio al pedo. Lo lindo e indescriptible es ver los paisajes ridículos y como de dibujito animado que van cambiando por todo el recorrido y las curiosidades que te va contando el guía. En las paradas se pueden comprar artesanías collas que suelen ser bastante baratas y muy lindas (igual, si se quedaron con las ganas, se van a cruzar con otras 100 oportunidades de comprar lo mismo en otra excursión 😉 que hagan). Y si son medio adictos al celular, les recomiento que se tomen una pastillita antes de salir porque no hay señal NI NADA en todo el viaje. Como les conté más arriba, el recorrido es de ida hasta el Viaducto la Polvorilla -el de las fotos que aparecen cuando googlean “Tren a las nubes” 😀 -, vuelta a San Antonio de los Cobres y todos abajo del tren para volver en traffic o arrancar otra excursión como les sugerí.

Definitivamente, es un paseo bastante diferente a todo y que vale la pena hacer mientras ande 😀

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