La siguiente parte del viaje era llegar de Georgetown, capital de Guyana, a Paramaribo, capital de Surinam.
Por tierra, hay una sola ruta que une Georgetown con Paramaribo y la frontera se cruza en Ferry.
Para llegar de Georgetown a Corriverton -que es la ciudad desde donde sale el dichoso ferry- las dos maneras más económicas son tomar un taxi compartido o un minibus, que salen desde Av. De La República esquina Commerce Street, 
a una cuadra del mercado Stabroek. Ambos transportes salen cuando se completan, siendo aproximadamente 15 para el minibus y 4 los taxis, peeeeeero NO SE LLENAN DE A UNO, sino que hay varios amontonados y sus correspondientes promotores van arriando a los pasajeros a los vehículos a cambio de una comisión. Cuesta entender un poco el sistema porque se arman altas discusiones entre promotores, choferes, linyeras que piden, pasajeros que se quejan, etc. pero es muy divertido. Mi recomendación: peguen un grito, digan que quieren ver el taxi/micro y que recién ahí van a decidir, me funcionó perfecto. El precio del viaje es de G$ 2500 en taxi y G$ 1500 en minibus y me parece más cómodo el taxi, así que me conseguí un Toyota Carina que estaba impecable y al que le faltaba un solo pasajero y salimos enseguida.
El viaje dura 3 hs y ¡está buenísimo! Son mucho más lindas las afueras de Georgetown que la ciudad y la ruta está bordeada por completo con una selva de cocoteros altísimos. Las casas al costado del camino no forman pueblitos, sino que es un continuo de casitas de madera sobre pilotes a los dos lados, nada parecido a lo que son las rutas del interior de Argentina. La duda que tuve todo el viaje es de qué tabaja la gente que vive en esos lugares porque es como todo residencial… Pero nos cruzamos con varios camiones -si, camiones- que transportan 60 personas cada uno a la zafra. Menudos muñecos iban en esos camiones, pero no parece que vivieran en esas casitas del costado de la ruta sino más al interior. Misterios.
Otro dato pintoresco (?) es que cruzamos un “puente flotante” que se corta a la mitad y se separa para que pasen los barcos (de hecho, cuando llegamos estaba cortado pero no pude sacar fotos al puente abierto porque los autos se detienen antes del peaje que es a unos 200 m del puente propiamente dicho).
En Corriverton, y con la ayuda de mis compañeros de taxi -Lucy y Richard, dos trinitianos que viven en el pueblo- y el chofer que me llevó uno por uno a que averiguara y eligiera conseguí un hotel a G$ 5000 la noche, que a valores locales es una ganga. Las habitaciones con aire acondicionado salen el doble, pero yo ya vengo entrenada a aguantar el calor de Georgetown. El hotel era maomeno, con varios problemas de higiene sobre todo en las sábanas, pero hace una semana que duermo sin taparme ni sacarme la ropa, así que eso tampoco fue un problema y no vale la pena pagar NI UN POROTO más por un cuarto en un lugar de paso que es bastante feo. En el próximo post, va galería de fotos del hotel.
(To be continued…)