Hace un par de meses crucé a Santiago de Chile con una misión eno-gastronómica para probar las propuestas más trendy con mi amiga Cecilia de Córdoba en Sabores -a la que le gusta viajar, comer y tomar casi tanto como a mi 😀 – y Romina -otra amiga de años que estaba viviendo allá.

Este viaje de 2 días terminó con un deathmatch entre Boragó -uno de los 50 Best Restaurants- y Restaurante 040 -que el año pasado entró en la lista de Discovery, como una de las propuestas innovadoras a tener en cuenta. En ambos restaurantes hicimos el menú degustación -en Boragó es la única opción- con maridaje de vino, para poder comprobar exactamente la propuesta gastronómica de cada lugar, tal cual fue imaginada por sus chefs.

Es probable que mi apreciación no sea lo que vienen leyendo en otras reseñas pero… Soy Torchi ¿qué esperaban?

Boragó

Chef: Rodolfo Guzmán 
Estilo: Molecular étnica (esta clasificación es mía)
Precio: u$ 170 + propina (Propuesta Endémica: 65.000 CLP, 16-20 pasos + maridaje de vino 43.000 CLP, 7 tiempos)
Reservas: Obligatoria, en este link 

La palabra que mejor define la experiencia de Boragó es: Intelectual. No se puede ir, sentarse, comer y a casa porque todos y cada uno de los pasos merece un esfuerzo mental importante. Hay que estar concentrado para determinar si lo que se está comiendo es rico o WTF. Y hay varios WTFs…

No quiero detenerme en la carta porque todos los ingredientes son estacionales y la mayoría salvajes, por lo que la “carta” se va modificando en función de la disponibilidad de estas exóticas materias primas. Cuando uno se sienta, no sabe exactamente qué es lo que va a comer y recién al final entregan un flyer con el detalle de lo que sucedió en las dos o tres horas anteriores (si, son por lo menos 16 pasos, demora una eternidad).

Cosas que me gustaron: La presentación de cada uno de los pasos, el setup y la cristalería. Cada uno de los platos es entregado a la mesa con una breve explicación de los ingredientes y de la idea de la preparación. El maridaje de vinos es impecable y sacando el mayor provecho de la enología del país, con etiquetas modernas, innovadoras y caras. Cuando llegamos avisamos que una de nosotras estaba embarazada y ajustaron el menú para no incluir crudos on the go sin ningún problema.

Cosas que no me gustaron: A raíz del embarazo de mi amiga pedimos el maridaje con jugos en lugar de vinos y… se lo olvidaron! Tres o cuatro platos WTF que eran realmente feos y que los 3 pasos dulces sean helados. Al cordero asado le faltaba temperatura y -esto supongo que fue porque tomamos el último turno de la reserva- el personal estaba un poco inflado las bolas y no tenían una onda muy amigable.

En resumen, me cuesta justificar los u$170 de la joda para el público en general. Sólo recomendaría Boragó a personas que ya están cansadas de comer afuera y buscan una experiencia límite y fuera de los tradicional, pero nunca por el sólo placer de “ir a comer afuera”.

Restaurante 040

Chef: Sergio Barroso 
Estilo: Tapas artísticas (esta clasificación es mía)
Precio: u$ 110 + propina (12 tiempos 35.000 CLP + maridaje de vinos 35.000 CLP 5 flights)
Reservas: Obligatoria, en este link

La palabra que mejor define la experiencia de Restaurante 040 es: Diversión. Cada paso está pensado para despertar la sorpresa y la alegría, como una feria de carnaval, un recital de tu banda favorita o el casamiento de tu mejor amigo. El claim es “restaurante de tapas” y uno puede pensar en rabas y tortillas gourmet -algo medio groncho- pero son pequeñitas obras de arte que entran en una cuchara y se empiezan a saborear desde la vista.

Se accede al restaurante desde la recepción de un hotel boutique en la zona de Bellavista, sin identificación exterior, por lo que estuvimos unos minutos como marmotas convencidas de que nos habíamos equivocado de dirección 😀 Ya en la recepción, nos busca la host que nos ubicará en la mesa. Los horarios son estrictos, igual que en Boragó, y la reserva obligatoria y el desfile de pasos comienza inmediatamente.

Tampoco vale la pena que me concentre en la comida porque el menú de Restaurante 040 cambia con frecuencia pero lo que si puedo asegurar es que cada vez que nos metíamos en la boca esos pequeños bocados se nos escapaba una sonrisa, REAL. Sentí que con cada paso podría comerme una palangana rellena de eso y que el paso siguiente no le iba a estar a la altura al anterior… para equivocarme y volver a enamorarme en el siguiente truco. El maridaje de vinos un poco más conservador y modesto que el de Boragó, pero también impecable, de la mano de un sommelier muy entusiasta y amoroso.

La noche terminó en el speakeasy de la terraza -Room 09-, abrazada a un trago bautizado Pisco Crumble que era una locura (y fuerte como los mil demonios que me rompió mi pequeña y delicada cabecita argentina :D)

Cosas que me gustaron: La comida, la calidez y entusiasmo del personal y el ambiente moderno, pero cálido y elegante. Las explicaciones de cada paso fueron detalladas pero no abrumadoras o pretenciosas, y aún dejaban lugar a la sorpresa en el momento del consumo.

Cosas que no me gustaron: Acá diría que nada, pero tal vez hay una cierta sobredosis de ahumados… en un momento sentí que era un recurso demasiado utilizado en el paladar. También podrían dar toallitas húmedas al comenzar y al terminar -se come todo con la mano- y un listado de los pasos al finalizar -ya que no hay carta-, como en Boragó.

En resumen, es el típico lugar al que mandaría a todos mis amigos para que vayan, disfruten la experiencia y ponerme a comentar los bocados después. Una fiesta, el lugar al que iría para festejar el cierre de un negocio que me dio mucho trabajo o al que me gustaría que me inviten para tratar de levantarme 😉 Aunque no es barato, vale cada peso.

La combinación de Boragó y Restaurante 040 es el cortejo de Eros y Psyche, el placer puro y la intelectualidad. Dos propuestas con un inmenso valor artístico pero que apelan a dos maneras muy diferentes de disfrutar la gastronomía.

Leave a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *